
jueves, 29 de mayo de 2008
Credo

viernes, 9 de mayo de 2008
Popeye el marino fui...

!Ay Popeye, el gran Popeye, cómo te extrañaremos!, de ti tampoco se olvidó la parca. Si supiera la liviana Oliva como has terminado. Los que fueron brazos como yunques ahora tan solo unos huesos porosos.
Tu inmaculado nombre lo robó un sicario en Medellín y con él firmó sus obras macabras. Cosa infame copiarle el nombre a un tipo como tú, que si existe cielo, te lo ganaste salvando inocentes y cuidando tus tres sobrinos.
No pudiste recuperarte de la partida de tu amigo Bluto, leal como ninguno en la pelea, con quien, en el fragor de tu juventud, te enfrentaste por esa donna mobile qual piuma al vento.
Tantos moretones, tantos daños en propiedad ajena, para darse cuenta al final que en el amor siempre se sale golpeado.
Pero ni el cielo ni el infierno existen marinero, solo el olvido. Y va a ser que en unos años yo mismo no te recuerde, ya no sonreiré más al pensar que eras un marihuanero de "putamadre".
Quiero honrarte ahora que aún tengo memoria. Te honro porque en tu vejez nunca dejaste de soñar, aunque aceptaras que tu físico ya no estaba a la par de tus alucinaciones. Te honro por cruzar los mares, por amar platónicamente, por destruir cien ejercitos y por tu libertinaje.
miércoles, 7 de mayo de 2008
Sobre el significado del Nimierdismo.

Pasaron siete eternidades hasta que, por su desenfrenada promiscuidad, el mundo fue de nuevo preñado por la vida que siempre lo sedujo con sueños humanos. De la tierra brotaron en forma de lombrices aquellos que se suicidaron antes de haber nacido. Estos, que nunca supieron del gigante alado, no le temían, y así, arrastrándose, se hicieron hombres, aprendieron la magia, profetizaron los paraísos, y adularon sus lunas y sus soles, ignorando que el gigante alado, que se encontraba destruyendo otros universos, pronto regresaría.
Mientras tanto, en las cinco esquinas de la tierra, que ahora era pentagonal, germinaron las cinco rocas que contenían los cinco preceptos del Nimierdismo. Para reunirlos y descifrarlos fue preciso emprender cinco expediciones con consecuencias nefastas, pues por cada una de ellas murió una quinta parte de la nueva humanidad. Al final, solo uno, el último en culminar su metamorfosis de lombriz a hombre, fue el depositario de la única sabiduría posible, la que fuera la respuesta a todas las preguntas y la pregunta de todas las respuestas.
Así, el más solo de los solitarios, comprendió la verdad de todo y sollozó por sentirse nada, sufrió un fuerte mareo por el vacío y se sentó a esperar…
Otra vez cantaban las montañas la llegada del gigante alado, el ajusticiador y destructor de universos pérfidos volvía de su ronda sideral. Al llegar vio los mares sembrados con espigas blancas, y escuchó que en el viento todavía viajaba el eco de las voces de los que habían muerto buscando las cinco piedras del Nimierdismo. Colérico olfateó en la tierra cualquier rastro que pudiera dejar el aroma de los pensamientos humanos, olió únicamente el de una ilusión, la siguió y al instante estaba frente al más solo de los solitarios. Él, levanto la cabeza ante su presencia, y sin descomponerse ante la mirada de sus mil ojos de fuego y la amenaza siniestra de su brazo interminable y oscuro, le dijo: ¡tú a mi no me matas gigante cabrón, para ti NI MIERDA, me mato yo!, y ante los mil ojos incendiados y atónitos del gigante alado, el más solo de los solitarios murió.
sábado, 3 de mayo de 2008
Despertar del sueño

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