sábado, 3 de mayo de 2008

Despertar del sueño

Regresar no ha sido fácil, encuentro las cosas peor que como las dejé. El techo de la casa se sostiene por su propio orgullo, creo que es la necesidad de mantenerse firme, de no desaparecer junto con las ventanas y las puertas. La humedad, su color pardo, su olor, ahora dominan el conjunto. El piso es polvareda, los muebles sucios y vacíos. Los ecos del silencio hacen coro con la voz plomiza de la melancolía. El camino hacia la puerta ya no es camino, es solo naturaleza muerta, no conduce a ningún sitio. ¿Dónde están los cuadros, el baúl lleno de cosas raras, inservibles, que estaban ahí por si algún día servían?. En la cocina ya no comen ni las ratas, ni los insectos. Las hojas por todo lado, crujiendo a mi paso y clavandose como cristales en mis pies. Estas paredes son solo un espacio para la ausencia. La ropa colgada no la encuentro y los armarios simplemente se esfumaron, ni siquiera pude hallar la marca que dejan con los años en la pared.

1 comentario:

faeton dijo...

aunque no se sabe si se trata de aqui o de alla, cuando se refiere a esa casa vacia, espero que la soledad solo sea una cuestión material o pasajera en lo espiritual pues, aunque te despertaste de un sueño:
"...¿que os espanta/Si mi maestro fué un sueño,/Y estoy temiendo en mis ansias/Que he de despertar y hallarme/otra vez en mi cerrada/Prision? Y cuando no sea,/El soñarlo solo basta;/ Pues así llegué a saber que toda dicha humana/ En fin, Pasa como un sueño,/ y quiero hoy aprovecharla..." aprovechela y no te encierres en esa soledad que te autoproclamas, pues ahi estan los amigos que aunque en la distancia siguen ayudandote a sostener esa casa vacia pues nunca se olvidan de "supuesto" solitario que en ultimas es el mas acompañado en palabra, pensamiento obra y omision, como dirian nuestros viejos godos ( es decir nosotros mismos) en el yo pecador. Gabo